La pizza es una de las comidas rápidas preferidas de chicos y grandes. Mediante la mezcla de pocos ingredientes, podés conseguir un plato sabroso, ideal para compartir en familia. La más conocida es la mozzarella, pero hay distintos tipos y combinaciones. Aquí te dejamos algunas recomendaciones prácticas para que te salga exquisita.
- Tenés que trabajar la masa con las manos sobre la mesa, que preferentemente tiene que ser de madera para que le confiera tibieza.
- Agregá a la mezcla agua tibia para favorecer el proceso de leudado.
- Si no contás con mucho tiempo, podés acelerar la fermentación poniendo el recipiente que contiene la masa lo más cerca posible de una fuente de calor.
- Una vez que haya leudado, volcá la masa sobre la mesa enharinada, volvela a amasar y golpeala enérgicamente sobre la superficie.
- Si querés preparar varias pizzetas, o pizzas individuales, dividí la masa en las porciones necesarias, formando bollitos, antes de estirarlos.
- Aplaná o estirá la masa, preferentemente con las manos, sobre el molde bien aceitado y enharinado.
- Para una pizza crocante, el espesor de la masa no debe superar el medio centímetro.
- La temperatura de cocción debe ser elevada: de 250° a 280° C.
- Para que el queso mozzarella u otro resulte bien derretido, sin secarse demasiado, colocalo sobre la pizza unos minutos antes de sacarla del horno.
- Si agregás mariscos, lo debes hacer unos minutos antes de terminar la cocción para evitar que se endurezcan y queden gomosos.