Los diferentes tipos de lechugas contienen muy pocas calorías y, en cambio, muchas vitaminas y minerales. Para conservarlas, guardalas en la heladera no más de tres días, dentro de una bolsa un poco abierta para que respiren. ¡Y no las congeles!
Algunos tipos de lechuga:
- Romana: es la clásica que usás para la ensalada Caesar. Su sabor es un poco amargo, pero suave.
- Icerberg o repollada: tiene una forma redonda y compacta, por eso se parece al repollo. Su color es verde claro, casi amarillo, y es la que más se conserva; puede durar hasta una semana dentro de la heladera.
- Batavia: Sus hojas son verde intenso y tiene los extremos irregulares. Son ideales para incorporar a las ensaladas porque son crujientes.
- Roble: sus hojas son verdes o moradas, tiernas y onduladas. Tiene un sabor similar al de las nueces, por eso son ideales para incorporar en las ensaladas, si buscás consumir algo distinto. Se conservan poco, por lo que hay que consumirla el mismo día que las comprás.
- Escarola: tiene hojas rizadas o lisas. Las primeras son menos rígidas que las segundas. Tiene un sabor amargo, por eso combina bien con productos otoñales como higos, nueces o avellanas. Ideal, por su forma y sabor, para una ensalada rústica.
- Radicchio: Es una tipo de lechuga rojiza, que se consume en invierno. El tallo y las partes blancas son muy amargas, por lo que te recomendamos no consumirlas. Podes incorporarla en sopas o ensaladas.