¡Una papa!

Fritas, al horno, rejilla, en puré, hervidas… Hay infinidad de formas para comerlas, pero siempre son ricas. Aquí, algunos secretitos para hacerlas rendir y te salgan perfectas:

  • Si las hervís, consumilas. Las papas hervidas no se conservan porque, una vez frías, se endurecen y pierden su textura. Si te sobran, cuando todavía están tibias, hacé un puré porque en puré sí se pueden conservar y luego volver a calentar.
  • Para cocinarlas, cubrilas con agua fría, pero no te excedas con el líquido porque ralentás los tiempos de cocción.
  • Tardan entre 25 y 30 minutos en cocinarse. Por eso, si las usás en guiso, hay que cocinarlas con el resto de los ingredientes antes o incorporarlas cuando falte sólo media hora de cocción.
  • Su lugar de almacenaje debe ser oscuro y seco. Lo mejor es dejarlas sueltas en el suelo o adentro de una cesta o canasto de trama abierta para que circule el aire.
  • Si las conservás en la heladera, no las pongas junto a ningún otro alimento.
  • No las guardes cerca de las cebollas porque las hacen brotar más rápido.