En nuestra alimentación, consumimos diariamente gran cantidad de carbohidratos presentes en fibras, almidones y azúcares que aportan energía al organismo y nos ayudan a realizar todo tipo de actividades. Te contamos cómo funcionan y cuánto debemos incorporar para estar saludables.
Según la Dra. Marcela Scotti, Médica Nutricionista Especialista en Diabetes, (MN 99065) de la cartilla de Staff Médico, «los hidratos de carbono deben aportar entre el 55 y el 60 % de las calorías de la dieta. Es recomendable una cantidad mínima de unos 120 gr diarios para evitar una utilización inadecuada de las proteínas y las grasas. La cantidad máxima sólo está limitada por su valor calórico y nuestras necesidades energéticas».
Además, es importante tener en cuenta lo siguiente:
- Existen carbohidratos simples y complejos. Los azúcares se caracterizan por su sabor dulce y pueden ser azúcares simples (monosacáridos) o complejos (disacáridos, polizacaridos). Están presentes en las frutas, leche, azúcar blanco y miel.
- El más común y abundante de los monosacáridos es la glucosa. Es el principal nutriente de las células del cuerpo humano y no suele encontrarse en los alimentos en estado libre, salvo en la miel y algunas frutas.
- Los azúcares complejos o polisacáridos no tienen sabor dulce, son llamados almidones (o féculas) y están presentes en los cereales, las legumbres, las papas, entre otros alimentos.
- El azúcar de mesa es sometido a un proceso que elimina gran porcentaje de sus fibras y pierde otras materias nutritivas tales como las vitaminas y los minerales.
- Siempre se deberían elegir carbohidratos no refinados, tales como el pan y las pastas integrales, ya que tienen un valor nutricional más elevado que los refinados.