¿Sabías que las preparaciones que se cocinan en un recipiente colocado a su vez sobre otro que contiene agua caliente o hirviente resultan más delicadas y digeribles? Esto ocurre porque el calor se distribuye uniformemente y en forma indirecta.
¿Para qué se utiliza este tipo de cocción?
La cocción a baño María sobre el fuego se utiliza para las cremas sobre la base de huevos o yemas, como el sabayón o la crema inglesa, que no deben endurecerse como sucede cuando la temperatura alcanza o supera los 100ºC. En esos casos, el agua no se debe hervir y hay que mantenerla regularmente a una temperatura inferior.
En tanto, la cocción a baño María en el horno es ideal para los postres que deben crecer, hincharse y cuajar o solidificarse sin ser revueltos. El interior resulta húmedo y en la superficie se forma una corteza bastante seca. El agua siempre debe estar en ebullición desde que se la coloca en el horno. Y también puede ser utilizada para fundir el chocolate, ya que impide que se queme. ¡Esto te servirá si deseas realizar un volcán de chocolate!
Tips:
- El recipiente que contiene el agua nunca debe ser más alto que la budinera o molde empleado, para evitar que el agua, al hervir, entre en él.
- Si colocás entre el molde y el recipiente una tela doblada podrás impedir el movimiento y evitar que el agua se consuma durante la cocción.
- Podés agregar más agua si es necesario, pero siempre tiene que estar hirviendo.