¡Al dente!

Para que las pastas nunca se te pasen, es fundamental que las cocines en abundante agua. Eso sí, no llenes la olla, ya que tiene que tener espacio para moverse. El ideal es calcular un litro de agua cada 250 gramos de pasta seca y echarlas recién cuando el agua rompa el hervor por segunda vez. Antes, en el primer hervor, echale la sal gruesa.

El truco para que no se pegue, además de cocinarla destapada, es revolverla cada tanto, ¡y nada más! Es decir, el viejo secreto del chorrito de aceite en el agua es un mito, que lo único que logra es impermeabilizar la pasta, por lo que después cuando le ponés la salsa, se resbala.

Si tu duda es si hay que revolear o no el fideo contra el azulejo para ver si está al dente, la respuestas es… ¡no! Si te gusta, hacelo, pero con probarlos alcanza.